sábado, 21 de julio de 2012

Rêve d'une petite fille qui voulut entrer à la Salpêtrière


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Soñar. Quizá ese ha sido el gran problema. Soñar a causa de la lluvia con el sol dando vueltas una y otra vez fuera de mi sombra.  
He llegado aquí; fingiendo ser un soldadito de alcohol. A este lugar de largos pasillos y mujeres bordadas;  donde los números suspenden su andar y  las letras prefieren el silencio. Así, llevo las horas fragmentadas en las páginas de un libro. Porque ya no existen las palabras que antes conocía cuando pensaba que la infancia era un bosque perdido. 
En estas habitaciones de pólvora, la evidencia espectacular de mi enfermedad es la imaginación como esperanza.  Y en las noches de mis desencadenamientos, a veces la luna brilla creando una tormenta entre las sábanas. 

Soy una doncella perdida en la casa donde todo se duerme.